Efraín Alcaraz Montes de Oca, "El Carrizos"

Ahí estaba, otra vez frente a las cámaras, pero esta vez no era una película. El viejo ladrón de 65 años Efraín Alcaraz Montes de Oca, El Carrizos, reconocido entre el gremio de los rateros por su habilidad para saltar por bardas y azoteas y robar las lujosas residencias de los más acaudalados de la capital.


Su años brillantes quedaron atrás, cuando en 1960 saltó a la fama por robar la casa del ex regente Ernesto P. Uruchurtu, y luego en 1972 la del presidente en funciones Luis Echeverría Álvarez.
“Yo fui ladrón y no ratero, por eso cuando llegaba a las comandancias de policía todos decían con asombro ‘¡ahí tienen al Carrizos!’, era un ejemplar para la policía”

Tras casi 50 años de carrera delictiva especializado en casas habitación, El Carrizos, que apenas hace un año y medio había recuperado su libertad tras su cuarto ingreso a prisión, cayó en manos de la policía hace tres días, cuando volvió a las andadas con su colega Gustavo Aguilar El Mayers y juntos planearon el robo a una casa en la colonia Pradera, en GAM.
“Mi abuelo siempre me decía: ‘Si no te compones de esto, entonces tienes que ser el mejor’, y fui el mejor”, relató a los policías horas después de su detención.
De aquellos tiempos recordó el episodio cuando en 1972, sin saberlo, penetró a una casa en San Jerónimo muy bien resguardada por vigilantes armados, a los que logró burlar. Horas después por las noticias se enteró que era la casa del presidente Luis Echeverría Álvarez.
“Por miedo a los federales y al Ejército me entregué y regresé todas las joyas, todo el botín; si no, ahorita no estuviera yo aquí”.
En su historial delictivo también se encuentran los robos a las casas del ex presidente José López Portillo y la del futbolista Hugo Sánchez. “Robé medio México”, confiesa.
En 2007, el cineasta Everardo González lo invitó a participar en el documental Los ladrones viejos. Las leyendas del artegio, donde desempeñó uno de los papeles principales en el documental que se grabó cuando él purgaba una pena en un reclusorio de la capital.

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