Qué importa ser capitán y uno de los jugadores emblemáticos del Puebla actual. Joaquín Velázquez quedó fuera del equipo, ayer, tras una reunión con el presidente Francisco Bernat Cid.
El zaguero central, marginado para el partido contra el América y quien ya no iba a ser tomado en cuenta por el técnico Mario Carrillo, fue avisado desde el pasado jueves que ya no entraba en planes del club, porque el estratega no lo quería ver ahí. Ayer, al reunirse con Francisco Bernat, le fue confirmada la decisión.
En entrevista, el "Morocho" indicó que Carrillo nunca le dio la cara ni un motivo y prefirió que el director deportivo Gustavo Moscoso, lo pusiera al tanto.
"La última vez que hablé con él (Carrillo) fue el martes, después del partido contra Atlante, y me dijo que ya no contaba conmigo".
Velázquez explicó que después del choque frente a Atlante, Carrillo le hizo saber que ya no lo tenía considerado porque iba a probar más gente.
"Le contesté, mira, Mario, así como nunca te pregunto por qué juego, tampoco te voy a preguntar por qué no juego".
Agregó que el timonel lo había mandado con el fisioterapeuta para decirle que estaba lesionado, a lo que el futbolista le contestó que para nada ya que tenía once fechas y más de dos años jugando como titular, entrenando todos los días, "no estoy lesionado ni voy a decir que estoy lesionado".
Carrillo le dijo "entonces no cuento contigo, voy a ver a todos los jugadores que tengo".
Indicó que antes de presentarse a entrenar, aunque tenía la prohibición de hacerlo, fue a la oficina de Bernat Cid para conocer la situación y ahí, supo que estaba desligado del Puebla.
"Lo que sigue no sé, mi casa, mis hijos, a ver qué hago", subrayó el jugador de origen veracruzano quien espera que se le pague lo correspondiente a su contrato hasta diciembre, "porque en eso quedamos, ojalá así sea, no tengo por qué desconfiar". Velázquez precisó que tras la llegada de Carrillo, con quien tenía una amistad de años atrás, jugó tres partidos completos (Tigres, San Luis y Atlante), todo iba bien hasta que la situación cambió a raíz de una reunión con una señora que trabaja con él.
Explicó el hecho: "Le dije que no quería ir con la señora, que no me agradaba y a partir de eso vino el rompimiento, no sé si tenga algo que ver; él lo sabrá, nunca me lo dijo". De hecho, todos los jugadores fueron por ser "obligatorio", "eso fue el sábado en la concentración antes de Atlante, subí a su habitación, platiqué con él mucho tiempo y me preguntó ¿qué quieres?, le contesté que no me gustaba eso (ir con la señora), me dijo tienes que ir, es obligatorio y por ser obligatorio fui, no sé después que le haya dicho la señora, que él decidió prácticamente sacarme del equipo".
El número 23 de la Franja reveló que al llegar con la señora, ésta tiene en el cuarto una alfombra tipo toalla, donde le pidió que se recostara para darle un masaje en la espalda con una máquina. "Si estuve diez minutos fue mucho, me dijo que escribiera mi nombre en una hoja, con fecha de nacimiento y lugar donde nací. Salí de ahí sin ningún problema, saludé con respeto a la señora y me fui, después, no sé lo que haya pasado".
Repitió que nunca se imaginó que esta situación le iba a acarrear un problema, y menos porque no desacató la orden del entrenador, quien argumenta que es por decisión táctica, a lo que el jugador enfatizó que si fuese así, lo acepta, prueba de ello es que nada dijo al no ser tomado en cuenta para ir a la banca contra América.
"Sólo sé que después de eso vino un mal trato conmigo, entran todos a video y a mí me dejan fuera y no tengo derecho de estar con mis demás compañeros".
Afirmó que más allá de ser el capitán o el "más malo" de todos, no se vale que por algo así lo dejen fuera, "no se me hace justo, en este caso a mí, como tampoco hubiese sido justo con otro compañero"
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