Tus hijos y las palabrotas


Es normal que escuchemos a nuestro hijo algún dia una palabrota y es una sensación que no suele gustar a los padres, siempre nos preguntamos dónde lo habrá aprendido, cómo le enseñamos que no debe decirlasAquí teneis algunos consejos para solucionar el problema cuanto antes pues ellos se dan cuenta de que con esas palabras tienen cierto poder con la reacción de la gente que le rodea, ya sea con risas o enfado.
Cara de Póker.
Cuando tu pequeño diga una palabrota u obscenidad, intenta mantener una cara neutral.
Los niños enseguida ven qué cosas nos hacen reaccionar y si ven que decir ciertas palabras nos activa, van a decirlas más para obtener nuestra reacción.
Así que dentro de lo posible, intenta mantenerte calmada (sin reír o enojarte).
Alternativas apropiadas.
Dale una alternativa apropiada para expresar lo que quiso decir en el momento.
Puedes usar otras formas de exclamación que sean aceptables. Explícale que en casa no permites ciertas palabras pero sí otras y que cuando quiera decir algo, así es como puede expresarse.
Si la palabrota u obscenidad estaba dirigida a otra persona, explícale cómo ciertas palabras dañan los sentimientos de los demás y el impacto que puede tener decirle una palabra fea a alguien.
A menudo los preescolares dicen palabrotas sin saber exactamente lo que quieren decir. Ayúdale a entender qué están diciendo y cómo afecta a los demás.
* Límites y consecuencias claras.
Ponle límites claros de comportamiento y recuérdaselos cada vez que diga la palabra fea: “Esta palabra no está permitida”.
No pierdas el control o te enojes cuando le pongas el límite.
Recuerda que lo que hace que los niños continúen diciendo palabrotas es ver la reacción de los adultos. Si los límites no funcionan, establece consecuencias por haber usado las palabras.
Explícale con calma que cada vez que use esta palabra va a haber esta consecuencia y asegúrate de hacerle cumplir con la consecuencia cuando use este lenguaje.
* Enseña y modela respeto y tolerancia.
Aprovecha esta oportunidad para enseñarle a respetar a los demás y las cosas de su entorno.
La tolerancia le ayudará a aprender las consecuencias negativas de decir palabrotas o llamar nombres a los demás.
Modela este comportamiento para él/ ella, asegurándote de no decir estas palabras delante de ellos. Recuerda que la mayoría de vocabulario lo aprenden de nosotros y siempre somos sus modelos principales.
Si se te escapa una palabrota, úsate de ejemplo y dile que no deberías haberla dicho.
Con estas técnicas y un poco de paciencia, ¡puedes decirle adiós a las palabras feas!

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