ESTO SUCEDE ALLA EN HAITI


Por primera vez en siglos de existencia, el vudú haitiano cuenta hoy con un sumo sacerdote, cuya misión es sacar ese credo animista de la marginación.

No queremos competir con otras religiones, sino ocupar el lugar que nos pertenece en la sociedad, afirmó el Amo Supremo, título con el cual será conocido en lo adelante Max Beauvoir, un antropólogo de 72 años.

La decisión de escoger un sumo pontífice partió de las diversas asociaciones vuduistas que antes habían acordado establecer una federación nacional.

Hasta el presente, ese credo, de raíces afincadas en África, operaba de manera autónoma sin jerarquía formal ni reglas, acorde con entendidos en el tema.

Todos los indicios apuntan a que el vudú, cuya práctica es general en la sociedad haitiana y donde haya colonias de esa nacionalidad, perdía terreno frente a iglesias de denominación cristiana.

La opinión más general, sin embargo, es que esa creencia es practicada de una forma u otra por lo nueve millones de haitianos de todos los estratos sociales.

La mejor prueba de ello es que el flamante “presidente del vudú”, como le llaman sus adeptos, es un reconocido intelectual con una vasta obra antropológica.

En la ceremonia de entronización, efectuada en presencia de Eddy Lubin, ministro de Cultura, Beauvoir llamó a los haitianos a la conciliación y a cooperar en la construcción del país.

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