La exhibición, denominada 'Desde las pantaletas hasta las tangas', estará abierta al público hasta finales de marzo en la ciudad de Opatowek.
En el lugar se podrá observar la historia y el desarrollo que han tenido las prendas íntimas desde cuando las largas pantaletas y los apretados corpiños de principios del siglo XX, que no inspiraban ni un mal pensamiento, eran lo último en cuestión de moda; hasta las diminutas tangas que lucen hombres y mujeres hoy en día, y que poco dejan a la imaginación.
"En el pasado, la ropa interior se mantenía bastante oculta. Era un tabú. A principios del siglo XX no se podía exhibir absolutamente nada. Ahora es diferente. La ropa íntima está en las vitrinas, en la televisión y en todas partes", dice Ewa Sieranska, curadora en el Museo Central de Textiles en Lodz, y coleccionista de ropa de diferentes épocas, quien prestó 140 artículos para la muestra de ropa interior.
Aunque en el museo se exhiben algunas prendas interiores masculinas, calzoncillos largos, batas y los suspensores que se impusieron en 1930, la mayor parte de las reliquias textiles que reposan en el lugar son femeninas.
Según los creadores de la muestra, a diferencia de la ropa interior para dama, las prendas de hombre han cambiado muy poco a lo largo de la historia.
Mientras recorren los pasillos del museo, los visitantes descubren, entre cientos de pantys, corpiños y brasieres, el drástico cambio que ha sufrido la ropa femenina a través de los años, y que algunos resumen en pocas palabras: 'del pudor al destape'.
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