Para entender lo que Dios cree de la masturbación, tenemos que examinar otros versículos que tratan con asuntos como el dominio propio, la lujuria, la pureza y la castidad. También, debemos analizar sus frutos para ver si la masturbación es de Dios. Nuestra oración es que este artículo pueda ser leído sin apasionamiento y que traiga liberación y paz al lector.
"¿Le importa a Dios lo que nosotros hagamos en la privacidad de nuestras habitaciones? "El sexo fue inventado por Dios. Él es el cerebro detrás de la invención del sexo. Dios no inventó nada de lo que haya tenido que arrepentirse en nuestros cuerpos. Esta hermosa expresión de amor de parte de Dios para con nosotros debió salir de lo más profundo de su corazón. Aquellos hermanos que están casados saben que no existe nada más hermoso que el limpio placer de una relación íntima con su amado(a). Pero como he dicho, esta expresión es preciosa siempre y cuando se haga en la intimidad del matrimonio.
Mientras más hermoso y único algo es (como lo es el contacto sexual), más nos hacemos dependientes de esto. Para bien o para mal. Esta es la razón por la que es tan fácil para el maligno corromper las cosas más lindas que Dios nos ha dado. Cuando nos enamoramos más del regalo que de quien nos lo dio, ese mismo regalo comienza a destruirnos. A Dios le importa mucho lo que nosotros hacemos con nuestros cuerpos, sea en público o en privado. Él no desea que abusemos de nuestros cuerpos en lo absoluto.
De hecho, una antigua definición de masturbación es "abusar de sí mismo". Sin embargo, los diccionarios más modernos ya no proporcionen esta definición. ¡Qué sorpresa! 1 Corintios 6:18 también nos dice lo mismo cuando afirma que las relaciones sexuales ilícitas corrompen y profanan nuestros cuerpos:
"Huyan de la inmoralidad sexual. Todos los demás pecados que una persona comete quedan fuera de su cuerpo; pero el que comete inmoralidades sexuales peca contra su propio cuerpo." 1 Corintios 6:18
Pero… "¿No es mejor masturbarse que cometer fornicación?" La respuesta fácil a esta pregunta sería, "Por supuesto, es mejor masturbarse, porque por lo menos la contaminación solamente corrompe el cuerpo del que se masturba. Es el mejor de dos males." Sin embargo, ¿Por qué un Dios amoroso, todopoderoso y santo nos dejaría la penosa situación de tener que escoger el menor de dos males? La respuesta a esta pregunta debe ser respondida regresando al plan original que Dios tenía en mente cuando nos dio la capacidad sexual.
Primeramente, la masturbación nunca satisface de la forma que Dios quiso que la satisfacción sexual satisficiera. Por unos momentos, la masturbación da la impresión de que sí satisface, pero a la larga crea deseos y capacidades sexuales más profundas que antes de la masturbación. Existen terapeutas que usan la masturbación como una terapia para aumentar el deseo sexual de algunos de sus pacientes. El problema de la masturbación es que se convierte en un círculo vicioso. Mientras más se ejercita, más deseos se tiene. Es ahí donde Satanás nos tiene en sus manos. Mientras más nos entregamos a la auto- satisfacción, más control tiene el pecado en nuestra carne.
Y lo peor del caso es que a menudo, la masturbación envuelve fantasías, visualizaciones y hasta pornografía. La Biblia es clara en lo referente a estas áreas de fantasía y lujuria. Durante el acto de masturbación es necesario poner a trabajar la mente, y ya sea recordando momentos vividos o imaginando fantasías, se recurre a la fabricación artificial de una realidad que no existe. Es por esta razón que la pornografía es el acompañante ideal de la masturbación, especialmente en los jóvenes solteros. Pero, ahí es donde está el peligro: ¿En quién se piensa?
Mirar una mujer (o a un hombre) que pasa frente a usted o mirar a una mujer (o a un hombre) impresa en una página o en una pantalla son aquí equivalentes antes Dios. El que la mira y "la codicia (sin estar casado con ella), ya ha cometido adulterio con ella en el corazón". Note que aquí se habla del que está soltero, no del que está casado. Esta regla no es solamente aplicable para el hombre, sino también para la mujer.
Toda la inmoralidad sexual empieza con un pensamiento. Un pensamiento lujurioso no tomado en serio, llevará en el futuro a otras perversiones, porque el pecado se reproduce poco a poco. Ningún alcohólico o drogadicto comienza tomándose un litro de whisky ni consumiendo grandes cantidades de cocaína. Si nosotros no nos cuidamos de nuestros malos pensamientos, ellos se arraigarán en nuestro corazón, y como el alcohólico y el drogadicto, se hirá haciendo más y más ...este ha sido un extracto de un artículo contenido en el libro 10 Cosas que usted debe saber acerca de sus hijos, del Lic. Dawlin Ureña. (Lic. Dawlin Ureña)
DIOS Y LA MASTURBACION
Mostrado a ti por: IL SOBREVIVIENTE por ahi del 3/11/2008
Etiquetas: De ToDo Un PoCo
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