¿Es real la lucha libre profesional?... Esa es una pregunta que ha asaltado a todos los aficionados en algún momento de sus vidas. Mucho se ha cuestionado la veracidad de la lucha libre como deporte de contacto, de hecho la polémica en torno al tema se ha convertido en el pan de cada día de todos los que nos dedicamos a escribir sobre este deporte, ya que los escépticos abundan, siempre negados de antemano a aceptar la actividad del luchador profesional dentro del rango de deporte de contacto, y lo más triste, descalifican un deporte que cuesta sangre, sudor y lágrimas a los que lo practican, sin siquiera conocerlo. Uno de los argumentos más válidos para sostener la tesis de la falsedad de la lucha, es "todo está arreglado, cada luchador ya sabe lo que va a hacer el contrario". Lo que a esto responden varios luchadores, es "yo entrené muchos años para saber de antemano qué va a hacer el contrario", esa es la auténtica verdad, un luchador está preparado para analizar la psicología del rival y predecir el movimiento que éste realizará. Mucho rezan los escépticos que se utiliza sangre falsa en la lucha libre, siendo esto completamente falso, la sangre que brota de la frente del luchador es completamente real, si no lo creen, los invito a una arena para que tengan la oportunidad de probar la sangre y percatarse, al verlo de cerca, que brota de la frente del luchador, fruto del fragor de la batalla.
Por otro lado, los escépticos argumentan que los luchadores no sufren ningún daño con las caídas, dado que "saben caer". Claro que saben caer, entre muchas otras cosas aprendieron a caer dentro de su largo proceso de adiestramiento, pero el dolor existe, ellos son humanos y esas caídas duelen. Muy sonada en el medio fue una gravísima lesión en las cervicales que sufrió hace algunos años El Villano IV, cuando, en una función de la empresa norteamericana WCW, sufrió un brutal rompecuellos por parte de los luchadores Raven (Scott Levy) y Chris Kanyon. Esta lesión casi le cuesta la vida, yo mismo he tenido la oportunidad de mirar la cicatriz de la operación en el cuello a la que fue sometido. La muerte para él estuvo cerca y seguramente, el dolor moral fue más grande al darse cuenta de que mientras él sufría y se debatía entre la vida y la muerte en la cama de un hospital, había personas que difundían animadamente que la lucha libre profesional era "circo, maroma y teatro".
Sangre India, Oro, y otros más, que pagaron con la vida el practicar este deporte. Las lesiones son rutinarias en la vida del gladiador y como decía Wolf Ruvinskys (qepd): "Un luchador profesional siempre debe tener al lado las manos de una mujer, su esposa, su hermana, su madre; o un amigo para que sobe las heridas producto de las batallas, porque un luchador profesional, siempre está G O L P E A D O.
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