Con una fulminante exhibición goleadora en el segundo
tiempo, México destrozó el domingo 5-0 a su clásico rival Estados Unidos para
alzarse por quinta vez con el título de la Copa de Oro.
Un penal de Gerardo Torrado a los 57 minutos abrió el marcador para México y al mismo tiempo destrabó un partido que hasta ese momento se había planteado como una pulseada de nervios e imprecisiones.
Giovani Dos Santos y Carlos Vela, a los 62 y 67, respectivamente, aumentaron la cuenta al culminar sendos contragolpes surgidos cuando Estados Unidos no tuvo otra alternativa que adelantar sus líneas ante un ''Tri'' que no perdonó.
Con la suerte echada, José Antonio Castro (79) y Guillermo Franco (90) pusieron cifras definitivas.
La conquista fue la primera de México en el campeonato de selecciones de la CONCACAF desde que venció a Brasil en la final de 2003 y también se dio la satisfacción de impedirle al anfitrión levantar la copa por tercera vez seguida.
Igual de significativo fue sacar un triunfo en el suelo de su acérrimo adversario rival, ya que hasta ahora no había podido doblegar a domicilio a Estados Unidos durante la presente década, un total de 11 partidos desde 2000.
En lo anímico el triunfo es tonificante para México, que el 12 de agosto volverá a encontrarse con Estados Unidos en el estadio Azteca del Distrito Federal por las eliminatorias mundialistas.
Pero ese partido tendrá protagonistas actores diferentes a los que estuvieron en la final del domingo en el Giants Stadium, a las afueras de Nueva York.
Tanto México como Estados Unidos no acudieron a la Copa del Oro con sus titulares habituales.
Igual es un triunfo que le llena de satisfacción a México debido a los frustraciones recientes ante su vecino del norte, donde su última victoria se remontaba al 13 de marzo de 1999.
Después de un primer tiempo anodino y de escasas ocasiones de gol, el ingreso de Vela por Alberto Medina al comenzar la segunda mitad fue la movida perfecta del técnico mexicano Javier Aguirre que le cambió el curso al partido.
Vela y Dos Santos, los campeones mundiales Sub17 en 1995, formaron una sociedad peligrosa que hizo estragos en la zaga estadounidense.
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