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Cuando Radovan Karadzic ejercía como presidente de la autoproclamada república Serbia de Bosnia y llevaba a cabo una lucha sin cuartel contra la población
musulmana de la antigua provincia yugoslava, tenía un aire de bohemio y una
mirada melancólica de perro fiel.
Es más, el jefe indiscutido de los guerreros serbios de Bosnia tenía un aura de
poeta trágico y nada hacía suponer que el hombre tenía una rara habilidad para
identificarse con la muerte, en lugar de buscar la inspiración para los poemas
que siempre quiso escribir cuando era estudiante de medicina en Sarajevo.
Cuando el asesino de Sarajevo fue detenido el lunes pasado por un grupo de
agentes especiales de la policía serbia en Belgrado, mientras viajaba en autobús
por los alrededores de la ciudad, el ex presidente lucía una larga barba blanca,
una larga cabellera del mismo color y unos lentes que ocultaban sus ojos
melancólicos.
Uno de los prófugos más famosos del mundo desde hacía 12
años (cuya cabeza tenía un precio de cinco millones de dólares), no estaba
oculto en los bosques de Bosnia, sino que viajaba tranquilo por Belgrado, donde
daba conferencias sobre bioenergía y meditación y trabajaba como médico de
terapias alternativas en una consulta privada.
“Usaba documentación
falsa, con el nombre de Dragan Dabic”, dijo Rasim Ljajic, encargado serbio de la
cooperación con el Tribunal para Crímenes de Guerra de la ONU en La Haya. “Fue
muy convincente al ocultar su identidad”, añadió.
Como Dragan Dabic, el
ex siquiatra trabajó durante años en una clínica en Belgrado practicando la
medicina alternativa. Incluso ofreció videos a centros comunitarios locales,
siguiendo una vida abierta y activa que podría parecer un riesgo extraordinario
para uno de los hombres más buscados del mundo.
“Para una persona de
edad él tenía muchos intereses”, dijo Maja Djelic, una residente de Belgrado de
28 años que, al igual que Karadzic, escribió para la revista Healthy Life.
Agregó que ambos se llegaron a reunir para tomar café y platicar acerca de la
acupuntura e internet, en un lugar llamado Biblioteka, en el centro de Belgrado.
Karadzic, dijo Maja, estaba muy interesado en mejorar su sitio electrónico.
Su última dirección conocida estaba en Nuevo Belgrado, un barrio obrero
en expansión de grandes torres de cemento que pueden albergar docenas de
departamentos.
Las circunstancias que llevaron a su localización y
arresto no han sido aclaradas aún.
El hombre de la barba y el cabello
largo, una imagen casi calcada de un Santa Claus de película, fue acusado, junto
al general Ratko Mladic, de haber cometido los delitos de genocidio, crímenes de
guerra y crímenes contra la humanidad por el Tribunbal Penal Internacional para
la antigua Yugoslavia (TPIY).
El anciano de barba blanca está acusado de
ser el responsable político del asedio de Sarajevo que duró 43 meses y que dejó
un saldo de más de 12 mil muertos. Karadzic también es el autor intelectual de
la matanza de Srebrenica, un crimen ejecutado por el ex general Mladic y que
dejó un saldo trágico de 8 mil cadáveres, la peor matanza llevada a cabo en
Europa desde el fin de la segunda guerra mundial.
La captura del ex
poeta frustrado conmocionó a Europa, donde su detención fue aplaudida por todos
los políticos interesados en que se haga justicia por los crímenes cometidos en
la antigua Yugoslavia.
Hace 15 años, Karadzic confesó que su sueño, después de la guerra, era retirarse de la política y abrir una clínica privada
en Sarajevo. “Es mi sueño capitalista”, dijo entonces. (Con información de The
New York Times)
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