ACAPULCO, Gro.— El mandatario de Guerrero, Zeferino Torreblanca Galindo, emanado del PRD, dijo que su gobierno tuvo la capacidad para conciliar con las diversas ideologías partidarias y aseguró que mantendrá una buena relación con el presidente Felipe Calderón Hinojosa, porque eso ha servido “para hacer juntos un proyecto político que armonice los intereses de los guerrerenses”.
Torreblanca Galindo rindió su séptimo y último informe regional, como parte de su Tercer Informe de Gobierno, en el auditorio de la colonia Zapata del puerto de Acapulco, donde advirtió que no busca sustituir ni cambiar el protocolo y obligación del titular del Ejecutivo estatal de rendir cuentas ante el Congreso local.
El gobernador aclaró que el objetivo de los informes “itinerantes”, ofrecidos en las siete regiones de Guerrero, es el de poder dialogar con los guerrerenses como un “bendecido de Dios, porque cada vez que voy a los pueblos abrevo de sus costumbres y su trabajo diario”.
Consideró que como tema inagotado y pendiente, la sociedad espera un desarrollo sustentable y “una política social que deje de ver a los pobres como un instrumento de la política, porque vemos que en política solidaria los pobres tienen mucho que ofrecer a Guerrero”.
Aseguró, en su discurso la noche del domingo, que dentro de su administración “replanteamos la visión de cómo revertir los índices de marginación y cambiarle el rostro a Guerrero”.
“Ése es el Guerrero que estamos tratando de construir con una política social que no se invente cada seis años, ni a ocurrencia del gobernante en turno”, añadió.
Según el mandatario, la transición política y social en Guerrero se inició el 6 de febrero de 2005, “cuando los guerrerenses con su voto decidieron cambiar de partido en el poder y buscar otro rumbo”.
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