Rubén Omar Romano, a quien se le ha cargado hasta la muerte del perro en los últimos días, de los que ha sido blanco de calumnias y comentarios mal infundados, en cuanto a su relación con el América y en especial con Guillermo Cañedo, con quien asegura terminó de la mejor manera.
Sin embargo decidió romper el silencio y explicar sus motivos por los que renunció a la institución, al término del encuentro frente al Flamengo de Brasil, en la “ida” de la Copa Santander Libertadores, donde perdió 4-2 en el estadio Azteca.
“Renuncié por la calentura. Salí muy caliente del partido y por eso mismo pedí hablar con Guillermo (Cañedo) pero ya no estaba. La calentura venía precedida de cosas y momentos que fueron pasando a lo largo de la semana. Era lo último que teníamos por pelear y para mi punto de vista era muy importante y se tuvo que hacer un esfuerzo para tratar de contratar a los jugadores que necesitábamos para pelear esa Libertadores, porque yo estaba convencido que con equipo completo y en un solo frente podía pelear.
“Al no haber esa posibilidad y no de Cañedo, que fue un hombre leal, con mucha fortaleza y que supo enfrentar lo que estaba pasando. Sin embargo todas las cosas que sucedieron como el que hablaron con un técnico mientras yo estaba ahí hizo que yo tomara una decisión no en el momento justo, pero creo que era sano para el presidente, para los jugadores, porque la tensión ya era más sobre Romano que cualquier otra cosa, así que yo creí que de esa manera iba a liberar un poco al plantel”, expresó vía telefónica desde Guadalajara.
-¿Te arrepientes de haber tomado al América, cuando el equipo te lo dejaron tirado a la calle?
“No me arrepiento de haberle dicho que sí al América, porque alguna vez Guillermo (Cañedo) me había buscado y yo tenía dada la palabra con el Atlas y les tuve que decir que no porque mi palabra vale más que cualquier cosa. Cuando apareció (de nuevo) sabía que la situación estaba complicada y que no era el mejor momento, pero no le podía decir que no por segunda vez. Después pasó lo que todos saben, una serie de dificultades: jugadores lesionados, suspendidos, las dos competencias y un plantel nada numeroso, pero no me arrepiento para nada. Claro que me hubiese haber estado en otra situación y empezar un torneo para prepararlo como a mí me gustaría, pero así es la vida que te pone retos”.
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