Celebra década ‘Sexo, pudor y lágrimas’


Es la historia de una película mexicana que estuvo siete meses en cartelera. Que lanzó al estrellato a incipientes figuras como Cecilia Suárez y Jorge Salinas. Y rescató, por si fuera poco, a un Aleks Syntek que prácticamente estaba desterrado de la escena musical.




“Sexo, pudor y lágrimas”, la ópera prima de Antonio Serrano, cumple el próximo jueves diez años de haber sido estrenada en las salas nacionales.

¿Más logros? Bueno, ocupa el segundo lugar de las cintas mexicanas más taquilleras de todos los tiempos, con más de 4 millones de espectadores, sólo atrás de “El crimen del Padre Amaro”.

Esto de acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica y del Videograma.

“¿Y eso sirve para el récord Guinnes?”, bromea Serrano, el generador de todo este fenómeno, del que pronto se lanzará a la venta un DVD de lujo.

La historia de “Sexo, pudor y lágrimas” surgió al parejo que la obra de teatro. El objetivo de Serrano era hablar de esos temas entre la clase media alta, lo cual no se había tocado en el cine.

La puesta duró varios años en las marquesinas. Pero el guión cinematográfico no encontraba eco en ningún productor.

“Tardamos tres años dando vueltas, ofreciéndolo, decían que era un guión que se leía muy rápido y que eso no era muy bueno”, recuerda Serrano.

Un día, en pleno festival de Guadalajara, se le recomendó buscar a Matthías Ehrenberg, que ya tenía experiencia con las cintas “Fibra óptica” y “Mon pere, Ma mere, mes feeres et mes soeurs”, ésta última protagonizada por Victoria Abril.

“Lo encontramos en el lobby y le mostramos el proyecto. Poco después ¡ya estábamos preparándolo!”, narra el cineasta.

Y comenzó la búsqueda de los seis actores principales. Demián Bichir y Susana Zabaleta eran las estrellas del momento. Cecilia Suárez prácticamente acababa de llegar de Chicago; Mónica Dionne, Víctor Huggo Martin y Jorge Salinas hacían pequeñas cosas en televisión.

¿La locación? Debían ser dos edificios, uno frente al otro y conseguir que dos departamentos tuvieran su ventana a la misma altura, para que los personajes se vieran continuamente.

La solución se encontró en la colonia Polanco, en las esquinas de Newton y Hegel.

“Un día una señora se acercó a preguntarnos que cómo íbamos en el rodaje. Y pues uno, ya sabes, orgulloso, dice que bien. Y entonces que vuelve a decir molesta ¿Y cuándo diablos se largan de aquí?”, narra Bichir entre risas.

Y es que los vecinos no querían mucho a la película. De hecho una semana antes de iniciar el rodaje se convocó a una reunión a la que se citó a Serrano y Ehrenberg.

La persona que había rentado su departamento estaba en problemas.

“Por el título pensaron que iba a ser una película porno. Una dijo que si lo dejaban, entonces otra persona iba a ser del suyo un burdel”, recuerda Serrano.

¿Y qué pasó después? El Viernes Santo de 1998 se filmó la secuencia de la corretiza en la calle. Y días después que se publica una foto de Bichir con el trasero desnudo.

Lo que le faltaba a la producción.

“¡Nos tocaban el claxon! Y caray, qué boquita tienen por ahí”, rememora Dionne.

A nivel actuación también sufrieron. Cecilia Suárez no podía dar el tono en la secuencia en que, de alguna manera, declara su frigidez.

“Simplemente no podía. Susana y Mónica habían hecho su parte y yo no. Fue un momento complicado. Pero cuando se hizo la de la fiesta ahí sí superdivertido, porque realmente también era el último día de rodaje y estábamos felices”, dice.

“Sexo, pudor y lágrimas” fue la primera película mexicana en dar detalles de su rodaje cada semana.

“Era un momento en que a nadie le interesaba publicar sobre cine mexicano y había que convencer a todos de alguna manera”, dice Mario P. Szekely, quien fuera jefe de prensa de la cinta.

Otra incorporación: pensar en un videoclip musical hecho ex profeso para el proyecto. Fue cuando Syntek, que en el medio se encontraba de capa caída, alzó la mano.

Escribió el tema que se convirtió en éxito radiofónico y que nunca deja de cantar, aún hoy, en sus conciertos.

La cinta se estrenó el 18 de junio de 1999 con cerca de 100 copias. Permaneció 27 semanas anunciadas en las marquesinas. Ninguna producción extranjera o nacional lo ha repetido.

Fue tan rentable que cada copia fue vista por 25 mil personas.

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