Tras casi 16 meses de proceso, el juicio oral seguido contra Alberto Fujimori por delitos de lesa humanidad concluyó con una sentencia drástica e histórica. El ex mandatario fue condenado a 25 años de cárcel, la pena más alta que contempla el código penal peruano.
La sala que supo conducir este caso de manera impecable e imparcial, concluyó que existían evidencias razonables para no dudar de la culpabilidad del procesado y que en su caso no concurrió ninguna situación atenuante. Es decir, según el tribunal, merecía la severa pena, toda vez que se trató de crímenes de Estado y de lesa humanidad.
Por primera vez en la historia se juzgó y sentenció a un ex presidente en un juicio que tuvo todas las garantías del debido proceso, y que atrajo la atención del mundo. El fallo, que no ha gustado a los fujimoristas, ha sido apelado. Una vez que sea resuelto en una instancia superior, solo resta que todos acepten la decisión del Poder Judicial.
Ayer finalizó un juicio histórico y ejemplar sobre el cual estuvieron depositados los ojos no solo del país sino del mundo entero. Y concluyó con una sentencia contundente y drástica que dejó casi atónito al acusado Alberto Fujimori.
Fujimori, quien quizás para no hacer evidente su desazón y contrariedad ante las cámaras, se la pasó la mayor parte del tiempo agachado y haciendo anotaciones en un papel. El tribunal lo había condenado a 25 años de prisión, tras un proceso que duró casi 16 meses.
El ex presidente, que durante su autodefensa se presentó como el salvador del país, fue hallado por la impecable y solvente Sala Penal Especial de la Corte Suprema responsable de los delitos de homicidio calificado con alevosía por el caso de Barrios Altos y La Cantuta, y de secuestro agravado bajo circunstancia agravante de trato cruel por las detenciones del periodista Gustavo Gorriti y el empresario Samuel Dyer. Ambos delitos, según precisó el vocal supremo César San Martín, constituyen crímenes contra la humanidad.
Se trató de una lectura de sentencia sui géneris. No se leyó el fallo completo (hubiese sido casi imposible pues tiene cerca de 700 páginas), sino únicamente lo más destacado.
Además casi desde el comienzo el magistrado San Martín dio a entender que la sentencia sería condenatoria.
En la sala de audiencias, Keiko y Kenji, únicos familiares del ex mandatario presentes, así como los congresistas Carlos Raffo, Luisa María Cuculiza, Alejandro Aguinaga, Martha Moyano y Rolando Souza, se mantenían callados y sombríos. Sabían que su líder sería condenado, pero no esperaban que le dieran tan alta pena.
Por eso, apenas terminó la audiencia y estando todavía en la sala, Moyano gritó en forma destemplada "lo que está probado es la venganza de este tribunal" mientras que una anonadada Keiko decía "esta sentencia es una aberración, destila odio, venganza".
En tanto que los familiares de las víctimas que estaban en la sala se abrazaban y decían que se había hecho justicia.
Apelación
Tras consultar con su abogado César Nakazaki, Fujimori dijo escuetamente al tribunal:
"Interpongo recurso de nulidad" en tanto que el fiscal supremo José Peláez manifestó estar de acuerdo con la sentencia.
Durante la fundamentación del fallo, el magistrado San Martín aseguró que "los cuatro cargos objeto de imputación se encuentran probados, más allá de toda duda razonable, por consiguiente la sentencia que se emite es condenatoria".
Agregó que los crímenes cometidos constituyeron "la más grave y severa desvaloración de la persona" por parte del ex mandatario.
El tribunal basó su resolución de culpabilidad de Fujimori en la teoría de la "autoría mediata", según la cual quienes perpetraron las dos matanzas y los dos secuestros involucrados en este juicio respondían a una política de Estado diseñada por él. Esta teoría fue aplicada anteriormente para sentenciar al senderista Abimael Guzmán y hace algunos meses al general Julio Salazar Monroe por el caso de La Cantuta.
De acuerdo a la sentencia, en la cual también se menciona que las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta fueron crímenes de Estado, Fujimori deberá permanecer en prisión hasta el 10 de febrero de 2032, pues se computará su reclusión desde que fue detenido en Chile el 7 de noviembre de 2005.
En su caso, según han manifestado algunos especialistas, no se podrá acoger al beneficio penitenciario del "2x1" (por cada dos días de trabajo se reduce un día la condena), pues los delitos de lesa humanidad no tienen ese beneficio.
La nulidad interpuesta por Fujimori será resuelta en una instancia superior por la Primera Sala Penal Transitoria en los próximos cuatro o cinco meses, mientras tanto el extraditado continuará detenido en la sede de la Diroes hasta que empiece su nuevo juicio en mayo por el pago de CTS a Montesinos.
El día histórico lo vivieron todos
Dentro de algunos años y cuando alguien pregunte: "¿Qué hacías la mañana del 7 de abril del 2009?", la mayoría de limeños responderá que estaba escuchando o viendo la transmisión en directo de un acontecimiento histórico: la sentencia al ex presidente Alberto Fujimori.
Y es que ayer desde muy temprano muchos ciudadanos estuvieron pendientes de las radios o de las pantallas de televisión que encontraban a su paso para no perderse el momento en el que la Sala Penal Especial daría su veredicto.
Tiendas, restaurantes, galerías comerciales, mercados, entre otros locales públicos, eran los preferidos para hacer un alto en el camino y preguntar si el ex mandatario ya había sido condenado o absuelto.
En tanto, en los alrededores de la sede de la Dirección de Operaciones Especiales de la Policía Nacional (Diroes), lugar donde se leía la sentencia, muchos de los simpatizantes del procesado no paraban de arengar, rezar y hasta hacer rituales con tal de que el tribunal lo absolviera de toda culpa.
Mientras tanto, activistas de derechos humanos y agremiados de la Confederación de Trabajadores del Perú (CTP), que también llegaron cerca a la sede de este local, al conocer el fallo festejaron con cantos y arengas.
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