Los estadounidenses tenían previstas actividades para limpiar playas, enviar ayuda a los soldados y recaudar fondos destinados a la reforestación, junto con ceremonias donde recordarían a las víctimas en tres ciudades, a fin de conmemorar el 8vo aniversario de los atentados del 11 de septiembre del 2001
Es la primera vez en que esta fecha que se conmemora el viernes y que normalmente había sido un día de duelo, fue nombrada una jornada de servicio a la comunidad.
"En vez de que simplemente recordemos los eventos horribles y, lo más importante, a los héroes que perdieron la vida el 11 de septiembre, vamos a convertirnos todos también en héroes locales", dijo Ted Tennenbaum, dueño de un taller de zapatos en Los Angeles, quien se ofreció para realizar gratis tareas de mantenimiento durante el jueves y el viernes.
Donaciones similares de tiempo y trabajo estaban previstas en todo el país, después de que el presidente Barack Obama y el Congreso declararon que el día sería esta vez dedicado al servicio a la comunidad, por vez primera.
Pero algunos estadounidenses no ven con buenos ojos la nueva conmemoración, ante el temor de que eclipse un día funesto en el que, consideran, debería recordarse a las casi 3.000 personas muertas a bordo de cuatro aviones comerciales, en el Centro de Comercio Mundial en Nueva York, en el Pentágono y en un campo del poniente de Pensilvania.
"Cuando escuché esto por primera vez me preocupé", dijo Debra Burlingame, cuyo hermano fue el piloto del avión secuestrado de American Airlines que embistió el Pentágono. "Me dio mucho miedo de que, en algún momento, hagamos una transición para convertir a esto en el Día de la Tierra, en que vayamos y sembremos árboles, y en que la parte de la recordación se vuelva cada vez más pequeña".
"En una columna publicada el mes pasado por la revista American Spectator, el comentarista conservador Matthew Vadum escribió que la iniciativa de trabajo voluntario constituyó un intento por "tratar de cambiar el 11 de septiembre, de un día de reflexión y conmemoración a uno de activismo, bancos de alimentos y jardines comunitarios".
Pero las críticas no han apagado el entusiasmo de quienes planeaban participar.
Sue Katz, guía de turistas en la ciudad de Nueva York, tenía previsto recorrer caminando el Parque Central, a fin de recaudar fondos para reparar los daños causados a cientos de árboles por una tormenta reciente.
Katz consideró que el parque representa "los pulmones de la ciudad" y dijo acerca del acto recaudador de fondos: "Esta es mi manera de retribuir algo".
Un grupo en Boston, fundado por familiares de las víctimas --dos de los cuatro aviones despegaron de esa ciudad-- tenía previsto escribir cartas a soldados estadounidenses en el extranjero y enviar paquetes de ayuda. En San Diego, Stefan Lessard, bajista de la Dave Mattews Band, auspicia las labores de limpieza de Ocean Beach.
Los voluntarios que prepararon alimentos para los bomberos o ayudaron a retirar toneladas de escombros del Centro de Comercio Mundial planeaban unirse a familiares de los fallecidos para leer los nombres de más de 2.700 víctimas que perecieron cuando los aviones comerciales se estrellaron contra las Torres Gemelas.
El vicepresidente Joe Biden tenía agendada una ceremonia en Nueva York, mientras que el presidente Barack Obama se reuniría con familiares durante una ceremonia en el Pentágono.
En Nueva York, miles de personas guardarán minutos de silencio en cuatro ocasiones --dos por los aviones que embistieron las torres gemelas y otros dos por los momentos en que cada una de éstas se derrumbó--.
Una ofrenda floral será colocada durante una ceremonia en el Pentágono, donde 184 personas perecieron cuando un avión secuestrado se estrelló contra el edificio. Obama y el secretario de la Defensa, Robert Gates, se reunirían con los familiares de las víctimas.
El presidente "hablará sobre lo que este día significa y acerca de los sacrificios de miles, no sólo en el Pentágono, sino en Pensilvania y, evidentemente, en Nueva York", dijo el secretario de prensa de la Casa Blanca, Robert Gibbs.
Cerca de Shanksville, Pensilvania, donde cayó el vuelo 93 de United Airlines, el ex secretario de Estado Colin Powell pronunciará el discurso principal.
A las 10.03, el momento en que cayó ese avión, se leerán los nombres de los 40 pasajeros y tripulantes, y doblarán las campanas.
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