LA FINAL DE LA NBA Y EL RECUENTO DE LOS DAÑOS


Los Celtics recuperaron su grandeza y Jackson dio su peor imagen
Acabaron las Finales de la NBA de las 'dinastías' con un espectáculo deportivo para el olvido después de ver como los Celtics de Boston humillaban por 131-92 a Los Angeles Lakers en el sexto partido y lograban el decimoséptimo titulo de campeones.

La exhibición encestadora de los Celtics y su gran defensa fueron posible no sólo por sus aciertos sino también por la falta de respuesta técnica y de estrategia que ofrecieron los Lakers para mostrar una alternativa que les permitiese ser competitivos.

Una responsabilidad que le correspondía aportar al entrenador de los Lakers, Phil Jackson, que tuvo ante si la oportunidad de conseguir su décimo título, para ser el líder de todos los tiempos, pero esta vez el palmarés que posee no quedó demostrado por lo que hizo el equipo en el campo durante toda la serie.

Los Celtics, que llegaron a las Finales con muchas dificultades después de dos eliminatorias que no se definieron hasta el séptimo partido, ante los Hawks de Atlanta y Cavaliers de Cleveland y otra en el sexto, frente a los Pistons de Detroit, consiguieron su objetivo de recuperar la grandeza de su historial ganador.

El equipo de Boston, con 17 títulos de liga, se convierte en el tercero dentro del deporte profesional con más anillos de campeones después de los Yanquis de Nueva York, del béisbol profesional de las Grandes Ligas y los Montreal Canadiens, del Hockey sobre Hielo.

Los Yanquis son los líderes destacados con 26 Series Mundiales y los Canadiens lograron 24 títulos de la NHL.

La espera para que los Celtics lograsen su decimoséptimo título ha sido de 22 años y el gerente general del equipo, Danny Ainge, que como jugador fue uno de los que consiguió el decimosexto, en 1986, al ganar a los Rockets de Houston por 4-2, también se convirtió en artífice del nuevo anillo.

Ainge, que era el escolta titular de los Celtics junto con el fallecido Dennis Johnson, que ocupaba el puesto de base, también ha sido el artífice de completar una reconstrucción 'milagrosa' con dos traspasos claves que le permitieron conseguir al alero Kevin Garnett y a Ray Allen.

Ambos jugadores, junto con el alero Paul Pierce, formaron el 'Big Three', que hicieron posible que los Celtics volviesen a ser campeones de liga.

Sin embargo, el espectáculo deportivo que ofrecieron los equipos de los Celtics de 1986 y el actual, de los 'Big Three', fueron completamente opuestos y nada que comparar, especialmente porque también enfrente tuvieron a rivales muy distintos.

Los Lakers, que durante toda la serie han tenido problemas con su defensa, en el sexto partido dieron toda una exhibición de mala colocación, falta de entendimiento y ausencia completa de ideas para saber que tenían que hacer y a quien marcar.

De ahí los aciertos del ataque de los Celtics, que además también se aprovecharon de 19 perdidas de balón de un rival, que nunca mostró ni actitud ni acierto en sus acciones para intentar conseguir la victoria si quería seguir en la lucha por el título.

Nadie cuestiona la derrota, porque forma parte de lo que puede ser un resultado final en cada partido, pero no hay explicación posible para justificar al mejor equipo de la Conferencia Oeste que lo pierde por 39 puntos de diferencia.

La hora de pedir responsabilidades llegó para los Lakers y todas las miradas apuntan hacia Jackson, el entrenador mejor pagado de la NBA con un salario de más de 10 millones de dólares al año, que dejo más que nunca la dudas que existen sobre su clase y conocimientos técnicos.

Esta vez, a diferencia de lo que sucedió en su primera etapa con los Lakers cuando ganó tres títulos de liga, dentro del equipo no estaba el mejor pívot del mundo junto con el escolta Kobe Bryant, como era Shaquille O'Neal, y la NBA no se encontraba bajo la sospecha e investigación de un escándalo arbitral.

De ahí, que Jackson, que buscaba hacer historia, al final diese la peor imagen como entrenador en unas Finales de la NBA, que disputó gracias a las 'genialidades' de Bryant, quien iba a ser la mayor víctima de la defensa asfixiante que presentaron los Celtics.

Jackson no tuvo respuesta para apoyar a su estrella y hoy más que nunca dentro de la NBA existe el convencimiento que han sido precisamente los grandes jugadores, como fue el caso de Michael Jordan, con los Bulls de Chicago, los que le han ayudado a crearse una imagen de ganador.

'Hay gente que afirma que soy el entrenador con más suerte que jamás haya trabajado en la NBA. Probablemente esté de acuerdo con ello. He estado en los lugares correctos y en el momento adecuado', admite Jackson cuando habla de su carrera profesional.

Ante los Celtics, nada de lo anterior estuvo a su favor y el resultado no pudo ser más negativo para los Lakers y su propia imagen.

3 Comments:

Anónimo said...

Ajá y luego?
aplaudimos o que onda?

Anónimo said...

JAJAJAJAAJAJAJA LLOREN CHIKILLAS LLOREN ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Anónimo said...

Para variar con la ayuda del arbitro, solo así pudieron los bostonianos., que salgan de las coladeras los playeras verdes, ya hace añales que no tenían algo que festejar, aunque sea robado.