México no olvidó el "2 de Octubre" en el 40 aniversario de la matanza de Tlatelolco

“El 2 de Octubre no se olvida” es una frase repetida cada año desde que, hace cuarenta, decenas de estudiantes universitarios fueran salvajemente reprimidos por el Ejército mexicano y fuerzas de elite del Batallón Olimpia, a las órdenes del entonces presidente de la República, Gustavo Díaz Ordaz. En la llamada Matanza de Tlatelolco (pues tuvo lugar en la plaza homónima, o de las Tres Culturas, en el Distrito Federal) murió un número indeterminado de jóvenes: más de sesenta, según casi todas las fuentes.

Un incidente durante un partido de fútbol americano entre dos institutos había provocado la intervención del cuerpo de granaderos, que detiene a varios estudiantes. Ése fue el detonante de una serie de protestas universitarias contra un Gobierno que, a escasas semanas del comienzo de los Juegos Olímpicos, decidió poner fin por las bravas. Aquel hecho está considerado como el comienzo del fin de la Revolución, encarnada por más de siete décadas de gobiernos autoritarios del Partido Revolucionario Institucional.
Este jueves, la bandera nacional ondeó a media asta en la plaza del Palacio Legislativo de San Lázaro, donde los legisladores realizaron en homenaje a los caídos en este movimiento. Allí, el presidente de la Junta de Coordinación Política, el izquierdista Javier González Garza, clamó: “Sigue la impunidad, ¡El 2 de Octubre no se olvida!”. Hasta ahora, los intentos por perseguir penalmente al entonces secretario de gobernación y futuro presidente, Luis Echeverría, han sido baldíos.
En la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), su rector, José Narro Robles, encabezó otra ceremonia en la que también se izó a media asta la enseña nacional y se guardó un minuto de silencio por lo estudiantes caídos. Posteriormente se develó una placa con la que se da el nombre de Javier Barros Sierra –rector de la UNAM en 1968, quien se mantuvo al lado de sus estudiantes– a la explanada de la Rectoría.