El extraño paisaje de Avatar podría ser real...¡ah dio!?

Científicos chilenos analizaron la película de James Cameron, Avatar, y descubrieron que varias de las bases biológicas de la fantástica luna Pandora existen en la Tierra.

La trama transcurre en Pandora, una luna que orbita a un planeta ficticio, a cinco años luz de la Tierra, en el sistema Alfa Centauri, mismo que sí existe.

Enormes helechos que se esconden al tocarlos, árboles y plantas que brillan en la noche, perros y caballos con seis patas, y enormes pájaros con dos pares de alas son parte del mundo que creó James Cameron con ayuda de un batallón de científicos.

"Avatar tiene conceptos que podrían considerarse posibles dentro de la biología que conocemos", señaló Alejandro Roth, biólogo celular de la U. de Chile.

La flora que brilla en la noche le recuerda a Roth las zonas abismales de los océanos de la Tierra. Allí la luz del Sol no llega y "existen organismos que se han adaptado generando luz propia; la bioluminiscencia ".

Las plantas retráctiles de Pandora también tienen similitud con las terrestres. Plantas como la mimosa o trampa de Venus "se mueven, pero a velocidades mucho menores que las observadas en la película", cuenta Roth.

Fernando Azúa, astrobiólogo de la U. Católica, recuerda que encontró una especie en la cordillera frente a Santiago que "al tocar los estambres de sus flores, se retraía rápidamente liberando polen. La vida en la Tierra tiene una capacidad infinitamente sorprendente de variación y adaptación", asegura.

Explica que hoy sólo vemos una "instantánea de la historia de la vida en la Tierra, a la que se suman las formas de vida extintas, como los dinosaurios". Azúa cree que los animales y plantas que aparecen en la película a pesar de ser novedosos , "no son enteramente extraños a lo conocido" .

Una de las cosas más atrevidas que ocurren en Pandora es la relación que tienen los Na'vi, sus habitantes, con los animales. Al final de una larga trenza de pelo, una especie de finos tentáculos hacen conexión con caballos y aves. Este vínculo permite a los Na'vi compartir la conciencia con el animal.

Roth dice que no habría en la Tierra ningún sistema nervioso capaz de "conectarse directamente a otro, para luego desconectarse de un solo tirón; es una de las licencias menos posibles".

Con el telescopio espacial Kepler, los astrónomos ampliarán su búsqueda de planetas fuera de nuestro sistema, incluyendo a lunas que sean parecidas en tamaño a la Tierra.

La astrónoma de Harvard, Lisa Kaltenegger, explica que con esas imágenes podrían saber si la luna encontrada tiene los elementos químicos que harían posible la vida. "Si tenemos suerte, podríamos encontrar una Pandora, con vida microbiana, en cinco años".

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