Dorada adicción


Si planeas utilizar camas o cabinas de bronceado para lucir una piel morena en las fiestas, recuerda que la factura a pagar es alta: podrías sufrir cáncer de piel y envejecimiento prematuro
Imagínate entrar a un horno de microondas fabricado a tu medida y someterte a sus potentes rayos por espacio de 10 minutos.

Es precisamente algo similar lo que ocurre en las cabinas de bronceado, ésas que, a primera instancia, te ayudan a conseguir el anhelado color dorado, pero que a largo plazo también puede desencadenar graves padecimientos e incluso hasta crear una adicción.

El uso de camas de bronceado va en aumento, y con el otoño se intensifican aún más, pues las personas buscan ponerse a tono para las fiestas y compromisos que se avecinan, esto bajo un concepto erróneo de belleza, lo cual resulta aún más alarmante, señala la dermatóloga Griselda Woo, especializada en el Hospital de Saint Louis, en París, Francia.

De entrada, en su afán por seguir tendencias, al salir la persona de estos lugares cumple su objetivo: conseguir un bronceado perfecto, pero a la vuelta de los años la factura que esto cobra es demasiado alta", aclara.

Envejecimiento prematuro y aumento en la incidencia de cáncer de piel son las principales consecuencias que el uso de estas cabinas puede ocasionar, agrega.

"La razón es que los rayos UVA artificiales, radiación ultravioleta A, que es la que emiten estas máquinas, son malísimos, pues atraviesan toda la piel y producen que el DNA celular se empiece a modificar".

Con 10 minutos basta para tomar un bronceado que naturalmente tarda de tres a cinco días. Esto da un reflejo del grado de intensidad que llevan esos rayos artificiales y del daño que pueden causar, explica Woo.

En torno al uso de estas cabinas, existen algunos mitos que suelen confundir aún más a los usuarios.

La dermatóloga comenta que uno de ellos es pensar que los rayos UVA artificiales no son dañinos.

"Está comprobadísimo que el sol produce cáncer de piel; sin embargo, otra de las causas de este padecimiento son las cabinas, pues usan el método que los expertos tratamos que el paciente evite, como es el contacto directo con los intensos rayos de sol.

"El melanoma maligno, que es el cáncer de piel más peligroso, se produce no por el sol de todos los días, sino por exposiciones al sol, intermitentes e intensas, lo mismo que hace una cabina", indica.

Que el bronceado artificial protege la piel antes de una exposición al sol o que las nuevas cabinas son más seguras, pues el bronceado es en menor tiempo, son otras de las falsas creencias.

Las máquinas novedosas que prometen un bronceado en menos de 10 minutos son aún más peligrosas, pues eso representa un incremento en el nivel de radiación.

Está comprobado que si una persona se ha expuesto sólo una vez en su vida a estas cabina, la probabilidad de aumento de padecer melanoma maligno sube a un 15 por ciento, pero si es menor de 35 de años aumenta un 75.

La razón es porque entre más joven esté la piel, más acelera el deterioro del DNA.

El problema es tal que países de primer mundo, como Canadá y Francia, están interesados en controlar, regular y legislar el uso de estas cabinas; ellos tienen prohibido darle servicio a menores de 18 años, señala Woo.

Disminución de las defensas de todas las células y, por ende, la posibilidad de que broten más problemas infecciosos virales, o la presencia de una dermatosis por medicamentos, son algunas consecuencias que también traen consigo las cabinas solares.

¿Tanorexia? La situación se agrava cuando el uso de estas camas de bronceado deja de ser una moda, para convertirse en una necesidad.

"Tanorexia es como se le conoce a la adicción por tener siempre la piel dorada".

La persona tiene un deseo obsesivo de verse bronceada, aun cuando ya está morena, pero ella dice verse blanca.

Es importante saber que hay un límite para estar moreno.

La piel no puede oscurecerse más del margen que ya tiene establecido. Estas personas, si dejan pasar un día sin broncearse, se sienten mal y el problema se convierte ya en una patología", explica.

Prohibido para... Incluso sabiendo las consecuencias, la decisión de utilizar estás máquinas para que la piel tome color es decisión de la persona misma, pero los especialistas comentan que existen ciertos casos en los que es mejor la abstinencia.

De entrada, las mujeres embarazadas, especialmente aquellas que están utilizando algún medicamento oral como un antibiótico o tratamiento para hongos, porque lo que hacen éstos son ponerlos más sensibles a los rayos.

Las personas que son muy blancas, que nunca se broncean y que con el sol se ponen rojas, tienen prohibido acudir a estas cabinas, porque la agresión es mucho más fuerte para ellas, así como para aquellas que tengan muchos lunares, antecedentes de cáncer de piel y de quemaduras de sol desde la infancia.

Y quienes tienen un familiar con lupus eritematoso, ni intentarlo, pues someterse a estas sesiones sería como suicidarse, pues los rayos UVA artificiales desencadenan este padecimiento, añade Woo.

Alternativas Tampoco hay que pensar que todo está perdido, pues para lograr el tono dorado existen otros medios, como las cremas o aerosoles, que aunque no son de larga duración, al menos resultan menos dañinos para tu piel, expresa la dermatóloga.

Si lo que buscan es broncearse para un evento especial, pueden recurrir a estos medios, son más seguros; sin embargo, de todos los que existen la mejor opción es, sin duda, hacerlo de forma natural y utilizando la protección necesaria.

Y aunque el uso de las camas de bronceado debe quedar estrictamente prohibido, las personas que decidan hacerlo será bajo su propio riesgo, pero una importante recomendación sería que trataran de someterse a estas sesiones lo más esporádico posible.

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